sábado, 3 de noviembre de 2012


Conmemoración histórica

         INGLESES CONTRA FRANCESES EN NUESTRAS PLAYAS

Hoy, esta mañana a las 10’30 horas, se iniciaban los actos de conmemoración de un enfrentamiento de un barco Ingles contra corsarios franceses que habían desembarcado, según los datos, en la Playa Poniente.
 Por mucho que se empeñen los Mayorales los vecinos de nuestra ciudad no están por la labor de hacer acto de presencia y, por lo tanto, la presencia de público fue muy escasa. Prácticamente los actos de las Fiestas Patronales, así lo pienso, adolecen de interés general y encima se vuelven a olvidar del Patrón de la ciudad, San Jaime. Esta tarde, si el tiempo lo permite, se ofrecerá, a las 18 horas, un acto en la Playa Poniente

                                                           LOS HECHOS

El diez de agosto, el buque británico Minstel armado con 20 cañones bajo el mando del capitán John Strutt Peyton, y el corbeta Philomel armado con 18 cañones y con el capitán Charles Shaw al mando, observó tres pequeños corsarios franceses en el puerto de Benidorm, cerca de Alicante, que estaban protegidos por un castillo situado en una montaña con 24 cañones.

Como medida de seguridad adicional, dos de los buques fueron llevados a tierra y una batería formada por seis de sus cañones y 80 hombres, principalmente genoveses. Bajo estas circunstancias, el barco británico y el bergantín sólo podía bloquear los corsarios y para hacer esto de un modo más eficaz, un bote fue enviado todas las noches cerca de la orilla.

El 12 de agosto, un barco con el guardiamarina, Michael Dwyer (o mejor dicho teniente, ya que había sido ascendido desde el 21 de marzo pero aún no había recibido su nombramiento),  y siete marineros partieron del Minstrel para realizar el servicio. Teniendo en cuenta que, si pudieran abordar la batería situada en la playa,  podrían tener éxito en la captura de los corsarios. El guardiamarina habló con los españoles y llegaron a la conclusión que habían abandonado la ciudad; los franceses se habían retirado, dejando 30 hombres en la batería y 20 en el castillo.
 
Contando con el valor y la firmeza de sus siete hombres, el Sr. Dwyer decidió, a pesar del número del enemigo, intentar abordar la batería por sorpresa. Así a las 9 h. 30 m. pm, él y su pequeño grupo llegaron a un lugar situado a unos cinco kilómetros al oeste de la ciudad, pero nada más llegar un centinela francés les dio el alto. El guardiamarina con gran determinación respondió en español que eran campesinos. Los británicos pudieron continuar y llegar a la batería situada en la playa y la atacaron sin dudarlo.

Después de una lucha inteligente, la guarnición, compuesta no de 20, sino de 80 genoveses, la batería cayó en manos del Sr. Dwyer y sus siete marineros. Los británicos solamente controlaron la situación por unos minutos, antes de ser rodeado por 200 soldados franceses. El señor Dwyer  y sus siete hombres se defendieron hasta que a uno de sus siete hombres lo mataron, el guardiamarina fue alcanzado por un disparo en el hombro, otro marino fue alcanzado en el  ojo y se quedaron sin munición.

En el momento en que  cesó el fuego, los franceses se abalanzaron sobre la guarnición con sus bayonetas. Sr. Dwyer estaba demasiado débil, ya que había perdido mucha sangre, para mantener una lucha cuerpo a cuerpo, y, después de haber recibido 17 puñaladas y todos sus hombres heridos de gravedad excepto uno, los franceses tomaron el control de la situación y  ​​se hicieron con la batería.

El  valiente marino que había sido herido en el ojo, intentando sobreponerse de la herida en la cabeza, sin pensarlo se quitó su pañuelo del  cuello y atándoselo sobre la herida, dijo: "Aunque he perdido un ojo,  todavía me queda el izquierdo y voy a luchar hasta que pierda éste".

La admiración del capitán Foubert y sus tropas, (un destacamento del regimiento de voltigeurs) ante el coraje invencible del  pequeño grupo de marinos británicos  no tuvo límites, y cuando fueron llevados a los cuarteles generales del General Goudin, el oficial francés al mando de este cuartel, se mostró benevolente y atento ante ellos. El general envió una invitación al capitán Peyton  y  lo recibió a él y a su valiente tripulación en persona, así  como la felicitación del general y de los otros oficiales franceses por tener tales hombres bajo su mando.
MUY POCO PUBLICO
El capitán Peyton aceptó la invitación, cenó con el general francés, y recibió de vuelta su guardiamarina y seis de sus siete hombres. Así es siempre, los valientes simpatizan con los valiente y él que galantemente cumple con su deber, su valía es inestimable por la admiración que despierta en el más profundo ser de su enemigo".

El 29 de septiembre por la tarde, después de haber recibido información de que los franceses tenían seis barcos cargados con proyectiles de Valencia sobre Peñíscola, el capitán Peyton envió los barcos del Minstrel al mando del teniente George Thomas, con la ayuda de los guardias marinas William Lewis, BSOliver, y Charles Thomas Smith, esforzándose para traerlos de vuelta, mantuvo la nave cerca de tierra para cubrir y proteger a los barcos.

Aunque las naves estaban amarradas en la playa, entre dos baterías armadas con cañones y morteros y con una fuerte guarnición en el Grao, el teniente Thomas y su grupo lograron tener éxito y sacar a cuatro de ellas. La quinta estaba también en  posesión de los británicos pero debido al viento que de repente cambió  hacia el sur-este y bajo una fuerte tormenta, la nave encalló y se retomó. La pérdida sufrida por los británicos fue de sólo un marinero herido de gravedad.

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