Conmemoración histórica
INGLESES CONTRA FRANCESES EN NUESTRAS PLAYAS
Hoy, esta mañana a las 10’30 horas, se iniciaban los
actos de conmemoración de un enfrentamiento de un barco Ingles contra corsarios
franceses que habían desembarcado, según los datos, en la Playa Poniente.
Por mucho que
se empeñen los Mayorales los vecinos de nuestra ciudad no están por la labor de
hacer acto de presencia y, por lo tanto, la presencia de público fue muy
escasa. Prácticamente los actos de las Fiestas Patronales, así lo pienso,
adolecen de interés general y encima se vuelven a olvidar del Patrón de la
ciudad, San Jaime. Esta tarde, si el tiempo lo permite, se ofrecerá, a las 18
horas, un acto en la Playa Poniente
LOS HECHOS
El diez de agosto, el buque británico Minstel armado con
20 cañones bajo el mando del capitán John Strutt Peyton, y el corbeta Philomel
armado con 18 cañones y con el capitán Charles Shaw al mando, observó tres
pequeños corsarios franceses en el puerto de Benidorm, cerca de Alicante, que
estaban protegidos por un castillo situado en una montaña con 24 cañones.
Como medida de seguridad adicional, dos de los buques
fueron llevados a tierra y una batería formada por seis de sus cañones y 80
hombres, principalmente genoveses. Bajo estas circunstancias, el barco
británico y el bergantín sólo podía bloquear los corsarios y para hacer esto de
un modo más eficaz, un bote fue enviado todas las noches cerca de la orilla.
El 12 de agosto, un barco con el guardiamarina, Michael Dwyer
(o mejor dicho teniente, ya que había sido ascendido desde el 21 de marzo pero
aún no había recibido su nombramiento),
y siete marineros partieron del Minstrel para realizar el servicio.
Teniendo en cuenta que, si pudieran abordar la batería situada en la
playa, podrían tener éxito en la captura
de los corsarios. El guardiamarina habló con los españoles y llegaron a la
conclusión que habían abandonado la ciudad; los franceses se habían retirado,
dejando 30 hombres en la batería y 20 en el castillo.
Contando con el valor y la firmeza de sus siete
hombres, el Sr. Dwyer decidió, a pesar del número del enemigo, intentar abordar
la batería por sorpresa. Así a las 9 h. 30 m . pm, él y su pequeño grupo llegaron a un
lugar situado a unos cinco kilómetros al oeste de la ciudad, pero nada más
llegar un centinela francés les dio el alto. El guardiamarina con gran
determinación respondió en español que eran campesinos. Los británicos pudieron
continuar y llegar a la batería situada en la playa y la atacaron sin dudarlo.
Después de una lucha inteligente, la guarnición,
compuesta no de 20, sino de 80 genoveses, la batería cayó en manos del Sr.
Dwyer y sus siete marineros. Los británicos solamente controlaron la situación
por unos minutos, antes de ser rodeado por 200 soldados franceses. El señor
Dwyer y sus siete hombres se defendieron
hasta que a uno de sus siete hombres lo mataron, el guardiamarina fue alcanzado
por un disparo en el hombro, otro marino fue alcanzado en el ojo y se quedaron sin munición.
En el momento en que
cesó el fuego, los franceses se abalanzaron sobre la guarnición con sus
bayonetas. Sr. Dwyer estaba demasiado débil, ya que había perdido mucha sangre,
para mantener una lucha cuerpo a cuerpo, y, después de haber recibido 17
puñaladas y todos sus hombres heridos de gravedad excepto uno, los franceses
tomaron el control de la situación y
se hicieron con la batería.
El valiente
marino que había sido herido en el ojo, intentando sobreponerse de la herida en
la cabeza, sin pensarlo se quitó su pañuelo del
cuello y atándoselo sobre la herida, dijo: "Aunque he perdido un
ojo, todavía me queda el izquierdo y voy
a luchar hasta que pierda éste".
La admiración del capitán Foubert y sus tropas, (un
destacamento del regimiento de voltigeurs) ante el coraje invencible del pequeño grupo de marinos británicos no tuvo límites, y cuando fueron llevados a
los cuarteles generales del General Goudin, el oficial francés al mando de este
cuartel, se mostró benevolente y atento ante ellos. El general envió una
invitación al capitán Peyton y lo recibió a él y a su valiente tripulación
en persona, así como la felicitación del
general y de los otros oficiales franceses por tener tales hombres bajo su
mando.
MUY POCO PUBLICO |
El 29 de septiembre por la tarde, después de haber
recibido información de que los franceses tenían seis barcos cargados con
proyectiles de Valencia sobre Peñíscola, el capitán Peyton envió los barcos del
Minstrel al mando del teniente George Thomas, con la ayuda de los guardias
marinas William Lewis, BSOliver, y Charles Thomas Smith, esforzándose para
traerlos de vuelta, mantuvo la nave cerca de tierra para cubrir y proteger a
los barcos.
Aunque las naves estaban amarradas en la playa, entre dos baterías armadas con cañones y morteros y con una fuerte guarnición en el Grao, el teniente Thomas y su grupo lograron tener éxito y sacar a cuatro de ellas. La quinta estaba también en posesión de los británicos pero debido al viento que de repente cambió hacia el sur-este y bajo una fuerte tormenta, la nave encalló y se retomó. La pérdida sufrida por los británicos fue de sólo un marinero herido de gravedad.
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