CARTA A VICENTE
FOTO, TIENE 56 AÑOS, DE RECIÉN CASADOS. |
Vicente ¡hoy estoy
jodido!. Mañana haría 56 años de mi boda con la única mujer que he amado en mi
vida, Juanita. En Septiembre, dia 5, del 1.956 contraíamos matrimonio, a las
10´30, en la Iglesia
de Santa María. En aquellos tiempos no se hacían comidas, ni cenas. Lo clásico,
lo normal, era desayunar en un restaurante o cafetería con mesas suficientes
para los invitados. Me acuerdo, como si fuese ahora mismo, todo lo acontecido
en el dia más importante de mi vida. Durante todos los años que he convivido
con esta maravillosa mujer son imborrables. Cumplimos nuestras bodas de Plata y
Oro. Ella me dejo el 4 de agosto del 2.007, a los
52 años y once meses de casados. Estuvimos festeando 5 años, del 51 al
56. Toda una larga vida.
Después del desayuno nos fuimos, ¡no solos!, a su casa para
cambiarnos de ropa para irnos a Villena, allí es donde pusimos nuestra primer
domicilio. Precisamente en ese dia, mañana, empiezan las Fiestas de Moros y
Cristianos y las pasamos en compañía de los amigos que yo tenenia. Invite a comer a esos amigos, me acuerdo hasta
del nombre del restaurante “Baralida”. Despues de la comida nos fuimos todos a
ver la ENTRADA
de Moros y Cristianos. Yo solo quería
quedarme a solas con Juanita. Fue una larguísima tarde. Lo único que queríamos
los dos era irnos a nuestro piso, calle Cristóbal Amorós. Los amigos empezaron
a joder ya que no nos dejaban irnos y tuvimos que estar hasta bien entrada la
noche. Yo solo quería estar a solas con mi mujer, con Juanita. Al final, de
común acuerdo, nos escapamos de ellos y nos fuimos a casa. Sin embargo aún
no había pasado una hora, llaman a la
puerta y eran los amigos que venían a “saludarnos”, ¡una putada Vicente!
Tuvimos que invitarles a una copa y cuando comprendieron que
¡ya estaba bien! nos dejaron, a Dios gracias, solos. A todo esto Juanita mas
colorada que un tomate y nerviosa. Yo estuve algo mas tranquilo pero a punto de
reventar.
Pasamos toda nuestra
primera semana de casados en Villena, cada dia comíamos y cenábamos, en casa de
uno de los amigos, y cuando se acabaron las fiestas nos fuimos de viaje de
novios. Saque un cuenta-kilómetros de RENFE y nuestra primera parada fue
Madrid. Aquí estuvimos unos tres dia. Despues seguimos a Bilbao, San Sebastian
y Santander. De regreso paramos otra vez en Madrid y estuvimos bastante tiempo.
Íbamos al Pasapoga, visitamos el Escorial, el Valle de los Caídos, al teatro,
algún cine A Juanita le gustaba mucho Madrid ya que había pasado unos meses, en
casa de la madre de su cuñado Luis, en la capital. Me decía “no te preocupes
que yo conozco Madrid”. Dábamos vueltas y más vueltas y siempre salíamos a la
calle Príncipe. Yo me reía y le decía “!no hemos pasado ya por aquí tres
veces”! Esta es un anécdota que siempre la contaba en reuniones familiares y
nos reíamos mucho.
Cuando se acabo la
“pasta” cogimos el tren y de regreso a
Villena. En total estuvimos 25 días de viajes de novios. Por cierto que
en Santander tuvo la regla y después estuvo cinco años sin ella. Cada 14 meses teníamos
un hijo. El viaje de regreso a Villena fe un desastre. Por motivo de la nieve
se produjo un desprendimiento de tierra en la vía y estuvimos parados, en La Encina , varias horas. A mi
no me quedaba ni una peseta. Ella me dijo que en la maleta, tenía su bolso, y tenia
dinero. Busque al revisor y me dejo entrar donde se dejaba el equipaje, pude
abrir la maleta y coger el poco dinero
que tenia Juanita, pero suficiente para comprar un bocadillo y una gaseosa.
Fueron los mejores días de nuestra vida en común. Despues vinieron los hijos,
nietos, hasta un bisnieto. Yo trabajando para ellos. Ella haciendo todo lo que podía
también por ellos. En fin era como un cuento de hadas hasta que se fue y, a los
cuatro o cinco meses de su fallecimiento, se rompía la familia.
Mañana estaré con ella, a partir de las 11, hasta la hora de comer y brindare con “tinto
de verano” por los 71 años que mantuve relaciones amorosas con Juanita.
Perdona por el coñazo que te he dado pero, como te dije al
principio, hoy estoy jodido, nervioso y sin ganas de nada más. Esta carta, por
lo menos, me sirve de consuelo y de recuerdos inolvidables. Si ves a Juanita
dale un beso de mi parte, ¡ojo!, no te pases, y dile que la sigo amando como el
primer dia.
Manolo