LAS CAUSAS DE MI ABSTENCIÓN.
Hace unos días, un periódico de tirada
nacional publicaba una encuesta sobre las instituciones y los grupos sociales,
que reforzaba los datos de hacía seis meses. Como era de esperar los políticos
se encontraban en el último lugar, con una desaprobación cercana a un noventa
por cien de los encuestados. Para mi contradicción personal, los médicos se
sitúan como el segundo colectivo mejor valorado, con una aprobación general del
94 %. Con estos datos, intento cada día, con mi actuación política, no caer en el
tópico de que todos los políticos son iguales y ejercer mi modesta impronta
para mejorar el bien general y, seguramente, la imagen social de la casta
política.
No tuve otra alternativa que abstenerme en la
votación sobre la propuesta de presupuestos municipales para el año 2013.
Quienes hayan seguido la evolución política de Benidorm en el último año,
pueden pensar que tenía más que razones suficientes para adoptar esta postura.
Pero no ha sido la larga lista de denuestos y agravios con la que me ha infringido
mi Alcalde, la que me ha obligado a tomar esta decisión. Desde agosto, he
seguido llevando a cabo mis tareas de concejal del grupo socialista, con
estricta conducta sin la más mínima disidencia mediática, aunque en las
reuniones internas fueran otras mis posiciones. Creo que mi prudencia incluso ha llegado a ser exasperante para los
medios de comunicación, siempre ávidos de noticias y titulares atrayentes. A
pesar de todo, he sido claramente leal con mi Alcalde y mi grupo socialista.
Pero han sido otros los motivos que me aconsejaron abstenerme el pasado sábado.
Los presupuestos que se presentaron al pleno
son aceptables desde mi punto de vista. Quizás plantear un aumento de ingresos
sobre el año 2012, cuando las previsiones del gobierno y otros organismos
internacionales en PIB y consumo familiar para el 2013 son negativas, no parece
lo más plausible; o que los costes en personal suban en 7.000 euros, cuando se
va a prescindir de 83 puestos de trabajo no concuerda con las apreciaciones de
un simple ciudadano.
Pero los presupuestos municipales deben ser
el documento más importante de la política municipal y, por tanto, de la
ciudad. Son los ciudadanos los que con sus impuestos, pagados con gran esfuerzo
en esta época, aportan cada uno de los casi 96 millones de los ingresos del
presupuesto. Este dinero servirá para que el grupo de gobierno, junto con los
trabajadores municipales, puedan llevar a cabo las políticas que mejoren el
bienestar social, el empleo y el turismo, frente a las políticas de recorte en
estas materias que han establecido otras administraciones. Por tanto, si el
dinero es de todos y para todos, es de justicia que todos puedan decidir en su
distribución.
El gobierno socialista ha sido el que ha
impulsado la participación ciudadana en
la elaboración de los presupuestos y la creación de Consejo Vecinal como
herramienta de transmisión de las iniciativas ciudadanas. No es correcto buscar
tan solo una foto y un titular fallido. Si nos creemos la participación
ciudadana, hay que darle el valor que realmente ostenta y consensuar con sus
representantes sus aspiraciones. No creo que sea correcto hacer un presupuesto
sin el acuerdo del Consejo Vecinal.
El PSOE siempre ha defendido el papel clave
en la gestión social y política de los sindicatos. Como legítimos
representantes de los trabajadores municipales, cuyo coste es de 34 millones de
euros, deben ocupar un papel fundamental en la toma de decisiones municipales,
buscando una paz y consenso que ahora, es mas que nunca necesaria. Sin embargo,
se ha presentado un presupuesto donde
ningún miembro de la corporación acudió a la Mesa de Negociación General, para
sustituir la ausencia obligada de Natalia Guijarro. No es lógico que no
queramos, al menos, intentar un acuerdo con las fuerzas sindicales de los
empleados municipales, que van a recibir más del 36 % del montante global de
los gastos municipales en 2013.
Gracias al acuerdo con los liberales,
disponemos de una mayoría absoluta de catorce concejales, lo que permite la
aprobación plenaria de los presupuestos. Sin embargo, cuántas veces hemos oído
la palabra del necesario consenso de la boca de todos los que formamos el grupo
de gobierno. Creo, que teniendo esa holgada mayoría, era motivo suficiente para
intentar el acuerdo con el Partido Popular. Nuestra obligación era intentarlo y
no facilitarles el documento de los presupuestos con apenas unas horas de
anticipación. Seguramente, ellos lo habrían hecho peor cuando estaban en el
gobierno y seguramente, a pesar de todo, hubiesen votado en contra, pero yo
quiero que mi partido sea diferente, que no tenga que recurrir al “tu mas” como
excusa de nuestras omisiones. ¿Hay alguna norma interna de nuestro partido que
impida el pacto con todas las fuerzas políticas?. O quizás, ¿no sería lo
deseable en unos momentos tan difíciles para la gestión municipal y la vida de
los ciudadanos? Habrá muchos que pensaran que esto es una ilusión de un pobre
político imberbe y novel, pero es la reflexión de alguien que no quiere ser
igual a todos esos políticos que se han convertido en un gran problema para sus
ciudadanos.
El equipo de gobierno municipal está
conformado por el Grupo Socialista y el Grupo de Liberales. Ante la elaboración
de los presupuestos, hubiese sido lógico y necesario un posicionamiento
político de nuestro grupo, basado en nuestro programa y nuestro sustrato
ideológico, previo a la negociación con el grupo de Liberales y que un borrador
del documento fuese discutido, al menos, en la Comisión Ejecutiva Municipal de
nuestro partido.¿ No es esta la democracia interna, participación y
transparencia que todos deseamos para nuestro Partido?. Pues tampoco hemos sido
capaces de cumplir con estos mínimos requisitos al presentar los presupuestos.
Los presupuestos los han elaborado apenas
tres ediles, y donde la brillante Concejala de Hacienda ha tenido que tejer los
mimbres para que cupiesen sus aspiraciones y satisfacciones, especialmente las
del grupo de Liberales. Tras pedirlo, recibí un borrador apenas tres días antes
de la celebración del pleno y el documento definitivo el viernes, al mediodía,
ni siquiera 24 horas antes de su debate plenario, al mismo tiempo de los
concejales de la oposición. No voy a opinar sobre esta cuestión. Dejaré que el
inteligente sentido común de los lectores juzgue a su entera libertad.
Estas son las razones por las que no tuve
otra opción más que abstenerme en la votación del pasado sábado sobre los
presupuestos municipales. Habrá a quien le parezca que no son motivos
suficientes y que la disciplina del partido está por encima de todo. Sin
embargo, yo creo que la ideología del partido y la dignidad personal es la que
debe estar por encima de una acción política, que, al menos, en las formas,
esta vez ha dejado bastante que desear. Con mi abstención, y siendo previamente
conocedor de que la propuesta iba a recibir inexorablemente su aprobación
inicial, no pretendo poner palos a ninguna rueda, sino llamar públicamente la
atención para decirle a mi Alcalde, que
las cosas se pueden hacer mejor y que todos somos necesarios en esta ciudad,
incluidos los concejales de su grupo socialista.
Las conclusiones de la V Convención Municipal
del PSOE animaban a “reinventar la forma de hacer política”, innovando ante las
nuevas realidades, con una concertación permanente desde la lealtad y la
cooperación. Yo he querido ser respetuoso con mi partido y con mis criterios
intentando hacer la política de forma diferente, para evitar que lo
políticamente correcto nos sitúe, una vez más, en lo socialmente reprobable.
JUAN ANGEL FERRER AZCONA
Concejal del Grupo Socialista PSPV-PSOE
Ayuntamiento de Benidorm
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