miércoles, 2 de mayo de 2012



COLABORACIÓN


     LA TERCERA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
                (LA ECOLÓGICA)



En estos momentos la sociedad, la bien pensante, --- no la de mente rica y bolsillo pobre ni los llamados mercados (capitalismo destructor) --- se enfrenta a un profundo dilema. Tal y como está montado el sistema de crecimiento (consumir por consumir), frenarlo sería el colapso, una hecatombe vamos. Por otro lado crecer de manera ilimitada como hasta ahora significa un serio peligro para los ecosistemas de los que dependemos tanto nosotros, como las generaciones venideras.
Para cambiar el sistema actual, lo primero que tiene que pasar es que los políticos dejen de ignorar este dilema, ejerzan de políticos y se liberen del secuestro al que le tienen sometidos los "mercados" (capitalismo destructor). Son ellos, los políticos, los que se mantienen aislados (vendidos o secuestrados por sus “mercados”), porque en la sociedad, aunque de manera lenta, comienza a haber debate y va pensando en que se puede ir desvinculando el crecimiento de sus impactos materiales mientras la economía se expande exponencialmente. Es difícil reconocer la magnitud de semejante tarea. En este mundo de miles de millones de personas, en el que todos aspiramos a un estilo de vida como el occidental, la intensidad de carbono por cada euro producido en los próximos veinticinco años debería ser al menos 130 veces menor de lo que es en la actualidad y a finales de este siglo la actividad económica tendría que estar retirando carbono en lugar de emitirlo. Claro, los guiñoles llamados políticos deben ejercer de tales, poniendo al poder económico (mercados) en el lugar que deben ocupar, tienen que dejar de mirar en la dirección equivocada, tienen que dejar de mentir como bellacos haciéndonos creer en milagros y que la tecnología del gran capital (mercados) nos sacará de la “m…….” en que ellos mismos nos han metido.
La sociedad bien pensante, está preparada para el gran cambio; está preparada para la tercera revolución industrial, la revolución ecológica. Los únicos que no están preparados son los guiñoles-políticos que se dejan manipular por esos nefastos “mercados”. Ahora bien, para impulsar esta tercera revolución industrial la inversión es absolutamente fundamental y debe cambiar la naturaleza de la misma. En lugar de estimular la productividad, la inversión deberá orientarse hacia la transformación ecológica: incremento de la eficiencia energética y de los recursos, tecnologías e infraestructuras con bajas emisiones de carbono, la extracción de recursos en esta nueva economía han de disminuir pues se ha de llegar a reciclar el cien por cien de los RSU. Se aprovecharan los desperdicios para generar energía. Todas las materias primas se utilizaran en ciclos biológicos o técnicos por separado, de una manera que permita su uso perpetuo. Los RSU se han de reencarnar en nuevos nutrientes biológicos o industriales, en nuevos materiales y nuevos objetos de una manera continua.
Muchos de los sectores tradicionales han de continuar cumpliendo un papel importante en esta tercera revolución industrial; se seguirá con la construcción de vivienda, será bioclimática. Con la agricultura y ganadería  ecológicas y de cercanía, las manufacturas, la comunicación etc. Etc.
Y sobre todo la energía. Para dejar de extraerla de las entrañas de la tierra y dejar de emitir toneladas de carbono a la atmosfera hay que, de forma definitiva, impulsar la producción descentralizada de las energías renovables. Internet hace posible sustituir las grandes centrales eléctricas y las refinerías por pequeñas productoras de energía (en el jardín de casa, en la terraza de la comunidad, en los tejados de los polígonos industriales, en las fábricas etc. Etc. Esta revolución permitirá la creación de miles, millones de nuevos puestos de trabajo.
Todo esto suena a utopía. A base de utopía ha ido avanzando la humanidad.
El vapor fue la primera revolución industrial, el motor de explosión la segunda. La ecológica y energías limpias es la tercera. Si en España queremos, tenemos mucho que decir y aportar, todo depende de los títeres-políticos que tenemos. Y a la vista está, el sistema actual no se sostiene ni económica ni socialmente. Además, si esto sigue como va, dentro de cuarenta-cincuenta años, para nuestros hijos y nuestros nietos, habrá un clima hostil, los alimentos serán escasos, se aniquilarán hábitats y especies con las consiguientes migraciones masivas; habrá guerras por la comida y el agua. No es que yo lo pinte así de negro, solo tenemos que abrir los ojos, mirar a nuestro alrededor y ver el horizonte.
                                      Benidorm 27/03/2012
                                                                       Antonio Avío Vázquez
                      
               
  

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