SE ESPERABA
JUAN ÁNGEL FERRER ABANDONA A
NAVARRO
NO SE PUEDE JUGAR CON
LA IMAGEN INTACHABLE DE UNA PERSONA HONESTA HONRADA Y OBJETIVA
“Nunca
daré la Alcaldía a la derecha”
“Me
dicen que así es la política pero yo quiero pensar que así son algunos políticos..”
“Agustín
con mi acta llego a ser alcalde..”
“Me
niego a decir que fue un pacto primero porque Agustín no me lo ha mostrado y
porque no hay ningún programa conjunto de gobierno…”
“…He de tejer mi futuro político y he de tomar la decisión de apartarme de
quien no le hago falta…”
“…Mi nueva
situación no le va a reportar ningún beneficio a mis adversarios ideológicos
del Partido Popular ni tampoco de los liberales…”
Una rueda interesante y tal vez sea la más esperada desde hace semanas. El
hasta ahora edil del PSOE, JUAN ANGEL FERRER, se ha cansado de comulgar con
ruedas de molino y ha tomado la decisión de abandonas, no a su ideología
socialista de izquierda, esto lo dejo muy claro, sino a Agustín Navarro. Tenemos
que reconocer que la paciencia de Juan Ángel ha sido como la de un cosaco y,
harto de tantas discriminaciones por parte del alcalde, se ha visto obligado a
salir del grupo que lidera, en el ayuntamiento, Gema Amor.
Su discurso fue exhaustivo, claro y sincero, así lo creo, y era de
espera una decisión como la que ha tomado. Agustín no puede jugar con la imagen
de una persona intachable, honesta y objetiva para conseguir sus objetivos y
fines políticos. No todo tiene que valer en política. La ética y seriedad debe imperar en
quienes toman decisiones que dañan el honor y la personalidad de las personas.
Cuando
lean el escrito, lo transcribo íntegramente, notaran que JUAN ANGEL FERRER, no
dice un adiós definitivo a la actividad política,
cuando él dice “he de tejer mi futuro político”, es claro que algo tiene que
tener entre manos. Posiblemente mucho antes de que termine este año pudiera
salir otra sorpresa para Agustín y Gema.
RUEDA DE PRENSA
Buenos días y gracias por su asistencia.
Antes de entrar en el motivo de esta
comparecencia publica, ya les pido de antemano perdón por mis errores de
comunicación, quizás debidos a la falta de práctica después de los últimos
meses de prudente silencio.
Quiero ante todo felicitar a los ciudadanos,
a los trabajadores, a los desempleados y a los empresarios de Benidorm por
algunos hechos fundamentales que han sucedido esta semana. Por un lado, la
presencia de Benidorm, como ciudad turística más importante del Mediterráneo,
en la Feria FITUR
de Madrid. Allí, se habrá confirmado una vez más nuestra relevancia turística y
espero que los empresarios hayan podido desarrollar una buena gestión económica
y comercial, que permita una mejor ocupación de todas nuestras plazas, de todos
nuestros comercios, bares y restaurantes, de toda nuestra gran oferta y que
ello se traduzca en generación de empleo y riqueza para nuestra ciudad.
Por otro lado, la noticia de que el Ministerio
de Fomento haya aprobado la viabilidad del acceso norte a la zona industrial es
de gran trascendencia. Tras haber presentado en Madrid el proyecto en la
primavera pasada, se abre una puerta a la esperanza de contar con un área de
inversión, de creación de negocio, de un futuro parque empresarial y quizás
tecnológico, que estoy seguro también generará una importante actividad
económica y empleo.
Y finalmente, el anuncio de que los parados
de larga duración podrán seguir cobrando al menos unos mínimos 400 euros, también
debería alegrarnos. Ya va siendo hora que el gobierno del P.P., adalid en
recortes y austeridades, deje de preocuparse de la macroeconomía de bancos y
mercados Ya es hora que permita que la microeconomía de tantos y tantos
ciudadanos al menos les llegue para sobrevivir. Pero Rajoy, como otros, parece
que está a lo que le mandan.
Esas son las buenas noticias que realmente
deben importar a los ciudadanos de Benidorm.
Pero mi comparecencia se produce para algo
que desgraciadamente los ciudadanos ya están cansados, de un tema que realmente
abominan y se distancian. Un tema que ellos ven como un grave problema, como es
la actitud de aquellos políticos, que lejos de llegar a acciones satisfactorias
y útiles, solo encuentran motivos de discordia y ofensas.
Es evidente que ya no le hago falta a Agustín
Navarro. Me dicen que así es la política, pero yo quiero pensar que así solo
son algunos políticos. Agustín Navarro no ha dudado en venderme ni en
traicionarme con tal de seguir en su sillón de alcalde, pero un sillón de
triste alcalde trabado.
En junio de 2010, un año antes de las
elecciones, Agustín Navarro me envío a un asesor para mostrarme un reciente
estudio electoral. Las expectativas del PSOE en Benidorm no eran nada
halagüeñas y como solución mas evidente refería el informe de la necesidad de
incorporarme a la lista electoral, toda vez que el numero uno iba a ser
obviamente Agustín Navarro.
No hace falta contar la cantidad de halagos,
loas y promesas con que se adornaba la solicitud. Al final accedí a ocupar el
segundo lugar de la lista electoral del PSOE. Lo hacia por el convencimiento de
que iba ayudar a ganar unas elecciones y podría desde mi puesto trabajar por mi
ciudad, con decisiones que pudieran aportar luz en unos momentos de oscura
crisis económica. Y lo hacía también porque Agustín Navarro me decía que
confiaba en mi persona, en mi trayectoria y en mi crédito para trabajar juntos
en la gestión política y municipal.
Él fue quien me encumbró, quien de forma
tosca me rebautizó, quien no encontraba más calificativos para realzar mi
presencia en la lista. Siempre había apoyado al PSOE desde fuera y ahora tenía
la oportunidad de hacerlo desde la implicación política más evidente. Agustín
Navarro me buscó para apuntalar lo que ya empezaba a ser un secreto a voces, la
falta de credibilidad que tenía entre a los ciudadanos.
ERAN OTROS TIEMPOS |
Y Agustín Navarro, con mi acta de concejal,
también llegó a ser alcalde. Y el PSOE obtuvo el poder para gobernar esta gran
y magnifica ciudad. En los últimos meses, me he preguntado en varias ocasiones
cual hubiese sido el resultado electoral si no hubiese acompañado a Agustín
Navarro en la lista del Partido Socialista. Al menos, creo que tengo todo el
derecho a hacerme esta pregunta. Y los ciudadanos que me oigan, quizás puedan
responderla.
En el gobierno, tuve la oportunidad y la
satisfacción de obtener la delegación de turismo en la ciudad turística más
importante y de ser primer teniente de alcalde, como Agustín Navarro me había
prometido que siempre lo sería. Y, además, como la mayoría de mis compañeros no
querían y los que querían no debían serlo, por petición de Agustín Navarro,
tuve que hacer frente a la difícil concejalía de urbanismo, en un momento de
espinas, de pleitos, de deudas y sin brillos.
Y así, en materia de turismo, pudimos
consolidar la maltrecha Fundación de Turismo, otorgamos sin ambages todo el
poder de promoción a los empresarios, iniciamos una necesaria oferta comarcal,
pusimos las bases para un plan de promoción serio y pionero en el emergente
mercado ruso. Y conseguimos llegar a beneficiosos acuerdos con la Conselleria de Turismo,
cuyos resultados se irán vislumbrando día a día.
Durante más de un año, era mi deber trabajar
duro, con dedicación completa, abandonando mi profesión, estudiando los
vericuetos del urbanismo, de sus sentencias judiciales y de sus numerosos
enigmas. Tenía como principal objetivo restañar todas las heridas que la
gestión urbanística del Partido Popular había dejado tras dos décadas de
anarquía e inanición.
Y conseguimos obtener tras veinte años, la declaración
de impacto ambiental de los sectores de Sierra Cortina, Sierra Helada y La Isla , que ponían fin al Plan
general de ordenación urbana de 1990 y que tanta luz aportará sobre el uso y la
calificación de muchos suelos. E hicimos frente a la maraña judicial de El
Murtal con su reparcelación, y en Armanello planteamos la resolución de la concesión
al agente urbanizador, y cesamos al urbanizador del sector APR-3 a petición de los
propietarios, y desbloqueamos la rotonda de la zona industrial que ahora se ha
aprobado. Elaboramos todo un programa urbanístico para resolver el histórico y
denostado problema de los retranqueos.
Pudimos mejorar el paseo de Poniente y
remodelar el Parque de Elche. Conseguimos la propiedad de la casa del Huerto
Colon y reiniciar las obras del edificio de Boca del Calvari, para que esta
ciudad posea dos espacios museísticos donde mostrar nuestra historia, nuestro
arte y nuestra cultura.
Desbloqueamos definitivamente la distribución
del gas natural en Benidorm con el inicio de la Estación de Regulación y
Medida, recientemente inaugurada. Marcamos los objetivos de un acuerdo con la Generalitat para
obtener solares, participación y plusvalías en desarrollo urbanístico del área
de Terra Mítica.
Y muchas más y más acciones, en las que
siempre, Agustín Navarro parecía confiar en mi persona y en mi gestión y
siempre he trabajado a su disposición, con el único objetivo de que el PSOE y
mi alcalde obtuviesen las mayores cotas de aceptación entre los ciudadanos. Y
eso a pesar de las trabas que algunos se encargaban sutilmente de situar en el
camino. Porque para algunos, el interés general apenas traspasa el sonido de
las palabras huecas y ampulosas.
Durante un año, gobernamos en solitario,
haciendo política, llegando a pactos y consensuando de forma constante con los
dos partidos que conformaban la oposición. Con minoría fuimos gobernando y
gestionando la ciudad y todos los puntos podrían haber salido a flote con el
esfuerzo de ceder y aceptar, si Agustín Navarro no hubiese burlado desde el
principio muchos acuerdos de sus portavoces.
Y cuando los liberales, perdieron las oportunidades
de llegar a un entendimiento con el P.P., entonces Agustín Navarro empezó a
acordar con ellos una distribución de competencias. Me niego a decir que fue un
pacto; primero, porque Agustín Navarro todavía no me lo ha mostrado, segundo
porque no hay ningún programa conjunto de gobierno y, tercero, porque entregar
el poder que los socialistas habíamos conseguido en las elecciones sin más
contrapartida que mantener una alcaldía títere y polichinela, no es un pacto,
es una sumisa rendición.
Aunque realmente, el cambalache entre Agustín
Navarro y los liberales empezó la misma noche electoral. Y Agustín Navarro ya
se puso a disposición de la derecha que más había maltratado al PSOE en los
últimos veinte años, incluida una moción de censura que habían sufrido dos de
nuestros concejales. Pero con este sometimiento a los deseos liberales,
empezaba la mejor de las traiciones al que más le había ayudado para que fuese
alcalde. Ya le salían los números, los del sueldo asegurado y los de los votos
en el pleno.
Y a mi, me tocó la peor parte. De forma
generosa, en aquel momento, le ofrecí, a Agustín Navarro que de las tres
delegaciones que ostentaba, primer teniente de alcalde, turismo y urbanismo, me
dejará al menos una para seguir con dignidad en la gestión municipal. Pero mi
suerte ya estaba echada y además del poder también les entregaba a los
liberales al que hacia unos meses era su principal aliado para llegar al sillón,
a la persona en la que decía que siempre confiaba.
Por eso, es evidente que ya no le hago falta
a Agustín Navarro.
Mientras tanto, la cúpula directiva del PSOE
miraba hacia otro lado, sin darse cuenta que miraba hacia el peligroso lado del
abismo donde de forma indefectible está abocado a precipitarse sin poder, sin
notoriedad y con una escasa base
electoral.
Durante estos seis meses, de
silenciosa espera y abnegada realidad, he ido soportando, en mi gólgota
particular, la lista ya conocida de desagravios. La retirada de todas mis
competencias con capacidad de gestión, el cese como portavoz adjunto, las
desautorizaciones públicas, la marginación diaria en las decisiones, la
relegación de mis opiniones y, finalmente, el episodio de brincar las leyes
para evitar que pudiera ser alcalde accidental.
Para mi no es trascendente ser
alcalde accidental durante unos días, vaya minucia. Lo trascendental es no
cumplir las normas para obtener un fin político, conducta que se califica por
si misma en un estado democrático consolidado.
Y ahora Agustín Navarro pregona
que ya no tiene confianza en mi persona. Pero acaso se ha preguntado él si
queda algún ciudadano en Benidorm que confíe de su palabra. Repito, quedará
alguien en Benidorm que pueda confiar en su alcalde. Yo no, por supuesto.
Desde el pasado verano, tomé la decisión de
esperar hasta seis meses después de la entrada de los liberales en el gobierno
municipal. En este tiempo, esperando al menos una simple explicación, he tenido
que manifestarme con algunos gestos para que atendiese a mis demandas. Pero a
él, ya le salen los números y es evidente que ya no le hago falta. Mañana se
cumplen esos seis meses y por ello, ha sido tiempo suficiente para que adopte
una firme medida.
Con todos estos mimbres, he de tejer mi
futuro político, y he de tomar la decisión de apartarme de quien ya no le hago
falta, de quien ya no confía en mi, de quien ya me ha usado para su
subsistencia.
ESPECTACIÓN |
Podría también renunciar a mi acta de
concejal y fácilmente seguir en las tareas algo abandonadas de mi profesión.
Sin embargo, por respeto a tantas y tantas personas que me han apoyado en esta
singladura quiero seguir apostando por mi ciudad y por ellos, y si no me dejan
desde la gestión y el gobierno, al menos lo haré con la palabra, para proponer,
para ayudar, para advertir y para aportar mis esfuerzos en mejorar la vida de
mis ciudadanos.
Que nadie tenga falsas ilusiones ni
imaginarias expectativas. Mi nueva situación no le va a reportar ningún
beneficio a mis adversarios ideológicos del Partido Popular ni tampoco de los
liberales. Que nadie piense en operaciones matemáticas para que algún
gobernante de derechas llegue a ser alcalde de Benidorm con mi voto. Que nadie
se equivoque ni que nadie lo utilice para criticarme. Repito, con mi voto no.
Y también esta decisión la tomo con la
tranquilidad de que no falto a ningún principio democrático. Creo que mi acta
de concejal, en un partido que cada vez defiende más las listas abiertas, también
me pertenece. Pero quiero que sepan todos los militantes y votantes del Partido
Socialista que nunca estará al servicio de aquellos que quieran vulnerar el
sustrato ideológico de un partido centenario formado con una base de hombres y
mujeres honrados. Yo no he sido el que he cambiado, sigo estando en el mismo
sitio, aunque ahora me obligan a moverme.
Y estoy seguro que yo también he cometido
muchos errores y que con ellos quizás no haya ayudado a la gestión municipal,
pero en mi guía solo ha estado el interés general, la defensa de los intereses
municipales y la presencia progresista del PSOE. Y asumiré mis faltas con
entereza y humildad, sin pretender escabullir mis responsabilidades.
En adelante, ya no estaré en el gobierno de
la ciudad, estaré con menos asignación económica, con menos relevancia e influencia,
pero intentaré mantener mi dignidad, mi ideología y mi libertad. Unos valores
que cada vez importan menos a los políticos, disciplinados y correctos con sus
partidos, pero que llegan a traicionar sus propios principios y estatutos. Porque
hay algunos políticos que con tal de mantener la posición, el sueldo o la
prebenda no les importa traicionar a sus compañeros o a sus amigos, que les han
aupado hasta metas que difícilmente hubieran conseguido. Sin embargo, sé que
hay otros políticos del Partido socialista que mañana tendrán que hacerse, a
regañadientes, en silencio y sin ningún convencimiento, la foto del grupo para
soportar la imagen de un alcalde en el que tampoco confían. A ellos, que les
conozco y sé cuál es su pensamiento, les quiero enviar este mensaje de apoyo y
de dignidad.
Es evidente que ya no le hago falta a Agustín
Navarro. Me dicen que así es la política, pero yo quiero pensar que así solo
son algunos políticos.
Mañana, seis meses después del inicio de la
entrega de mi cabeza a cambio de los intereses ocultos de algunos políticos de
esta ciudad, presentaré en el registro general del ayuntamiento un escrito
anunciando mi abandono del grupo político municipal del PSPV-PSOE, de acuerdo
con las normas y leyes que rigen la vida municipal.
Muchas gracias.
Juan Ángel Ferrer Azcona
Concejal del Excmo. Ayuntamiento de Benidorm
No hay comentarios:
Publicar un comentario