El Ayuntamiento
de Benidorm convertirá la casa del Huerto de Colón en un espacio cultural
Tras veinte años, Benidorm ha recuperado una de las piezas
angulares de su patrimonio histórico, la casa del Huerto de Colón. La concejala
de Patrimonio, Eva Mayor, junto al responsable del archivo municipal, Antonio
Couto, explicó en un recorrido por la vivienda que se está trabajando en un
proyecto a través del cual el Ayuntamiento dará un uso cultural al inmueble,
propiedad municipal, “seguramente como museo etnológico”.
Eva Mayor adelantó que desde la Concejalía de Patrimonio
se están organizando una serie de visitas guiadas “para abrir la casa a la
ciudad y que todos los vecinos conozcan la casa y cómo la hemos recepcionado”.
Las visitas se realizarán mediante inscripción en la concejalía “y se ampliarán
horarios y fechas hasta que todas las personas que lo deseen puedan conocer el
Huerto de Colón”, aseveró Mayor. Además, la edil explicó que el proyecto “está
basado en la austeridad” y añadió que las visitas guiadas no supondrán ningún
gasto, “ya que lo realizarán funcionarios municipales o incluso voluntarios”.
La concejala de Patrimonio Histórico, afirmó que se ha
esperado, antes de mostrar la casa a la ciudadanía, a contar con todos los
trámites necesarios para registrar la vivienda en el inventario general de
patrimonio de Benidorm. “El arquitecto municipal ha realizado los informes
necesarios para poder inventariarse, con la implicación de las concejalías de
Urbanismo y Escena Urbana”. Además, Eva Mayor explicó que también se han
inventariado todos los bienes mobiliarios de la casa “para que todo esté
registrado y no pueda faltar nada de nada”.
El proyecto, según explicó la edil del área, se plantea para
que participen todos los ciudadanos de Benidorm, “por lo que pedimos que todas
aquellas personas que tengan un recuerdo de la casa o la hayan conocido lo
cuenten para poder escribir una historia viva de la vivienda, que pueda pasar de
generación en generación”, dijo Mayor.
La casa del Huerto de Colón data de mediados del siglo XIX y
tiene más de 280 metros cuadrados
distribuidos en dos plantas. Además de salones, salas de estar y de visita, la
casa cuenta con cinco habitaciones y una cocina que se construyó después, donde
antiguamente se encontraban los corrales de la casa.
Según explicó Antonio Couto la casa diferenciaba muy bien la
zona privada de la pública, “en la que se recibían las visitas no familiares” y
destacó varios muebles como un trinchante empotrado en la pared de lo que sería
el comedor principal y el dormitorio principal con una cama, armario y mueble
lavabo, todo en madera tallada. La casa cuenta con dos chimeneas que caldeaban
toda la vivienda, en sus dos plantas, y un armario, de los años 50, construido
en lo que antiguamente era la cocina de la casa.
Entre los objetos que se han encontrado, cabe subrayar tres
baúles, uno de ellos adquirido en Nueva York a finales del siglo XIX, un bidé
portátil, un cuaderno de apuntes del Colegio de Nuestra Señora de los Dolores
del año 1924; un diario de concha, una escribanía portátil, una pieza para
guardar cartas bordado, diferentes piezas de ropa con bordados, vainica y tul bordado, un chal comprado en China, un
bombín adquirido en Nueva Orleans, una chistera, guantes, espejos, relicarios,
rosarios, misales y fotografías antiguas. Además, los pomos de todas las puertas
son originales, de porcelana, al igual que los percheros de la casa.
Como anécdota, el nombre de la casa procede del barco del
primer propietario de la casa, Vicente Llorca, abuelo de los últimos
propietarios, los hermanos Llorca Zaragoza, que fueron los que donaron la casa
al Ayuntamiento. Vicente Llorca fue capitán de la Marina Mercante en su barco
‘Colón’, cuyas letras, sobre una pieza de madera son las que están en la
fachada de la casa.
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