EL QUE SE VA A SEVILLA PIERDE SU SILLA

LA CARRERA “ POLÍTICA” DE ALMODOBAR TOCA SU FIN

Maesba

          Cuando los inicios son malos, en la actividad política y en otras muchas cosas, los finales vienen ha convertirse en algo mas malo aún. El senador Agustín Almodobar Barceló tiene mucha desfachatez a la hora de hacer su balance político.   Un balance aunque no es destacable, mas bien mediocre, es mucho mas positivo que el de su antecesor, su abuelo “La Dama” (Miguel Barceló Pérez), que nada sabemos de sus gestiones en los mas de 20 años que ha sido Senador por el PP de Benidorm.

           Aunque es cierto que en la ultima elecciones Agustín consiguió el puesto, NO LO HEREDO, carece totalmente de merito para tener en cuenta. Si la primera vez que fue Senador lo hubiera sido por sus propios méritos  otro gallo le cantaría ahora. Este dictatorial clan familiar ha perdido mucha fuerza dentro del PP y hoy mas bien perjudica pertenecer o simpatizar con el, incluso dentro del propio partido. Empezando por el abuelo “La Dama” pasando por la hija, como política no ha dado pie con bola, y terminado en el propio Almodobar ”Paquirrin” ha sido una saga familiar totalmente negativa a los interese de nuestra ciudad. Son la personificación, como vividores, en la actividad política local en las dos últimas décadas.

        Se dice, es cierto, que para ser político, no se requiere, ni exigen, nada, ni tan siquiera estudios. Solo hace falta tener voluntad de medrar, ser decidido y mojarse el culo o, como Agustín, ser metido por la puerta de atrás. Por suerte su familia no son unos muertos de hambre y tendrá donde dedicarse cuando tengamos la suerte de perderle como Senador.

       Ante la proximidad del 13, dia para elegir nuevo presidente local del PP, Almodobar, fue el primero que dijo, creyendo que la militancia iba a volcarse con él,  que se iba a presentar, proclama su renuncia de presentarse. Lo hace porque sabe de sobra que el clan Barceló ha perdido toda su fuerza en el colectivo, ha sido totalmente borrado, y antes de hacer el ridículo se va y no como él ha sugerido para salvaguardar la unidad del partido.