Hasta la fecha no ha ocurrido ningún accidente en la
espinada escalera del Castillo a la zona del Puerto. Existía una barandilla de
cadenas que, poco a poco, se le añadió candados con textos en casi todos los
idiomas de amor, tal vez esto sea mucho pedir al responsable de su eliminación,
y de recuerdos de su paso por nuestra ciudad. ¡Que no pase nada!, porque si
pasa tendremos lío. Ignoro saber a que se espera para poner una barandilla. Si
no se tiene dinero para ello, lo mejor era esperar a tenerlo, colocarla y
quitar entonce los candados. Aquí “Doña Candado” ha ido muy deprisa.
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